sábado, 22 de noviembre de 2008

Amadeus

Después de terminada la función, me pasa lo de siempre. Quiero regresar pronto al teatro. A pesar que me perdí el primer acto (unos diez minutos) tan sólo por un minuto de tardanza, pero así es el teatro y lo comprendo. Y me arrepiento de haber esperado el carro de mi amiga para que nos jale, de no haberlo hecho no me hubiese perdido el monólogo inicial de Antonio Salieri (me lo contó el chico de la puerta).

Si me dejo llevar por la actuación diría que el genio no fue Mozart que también lo hizo muy bien, sino diría que el genio fue Salieri. Es maravilloso el remolino de emociones y sentimientos los que me transmitió. Me sentí identificada con alguno de sus actos, no sobre la envidia sino sobre la pasión en que quería mostrarse al mundo. Me sorprendió también que él (Salieri) a pesar de que todos lo reconocían como un grande, el más exitoso y respetado en la corte de Viena a fines del siglo XVIII sentía tanta envidia por el genio Wolfgang Amadeus Mozart siendo él también un grande.

Es cierto que él era un gran músico pero Salieri también lo era. Sin embargo el inicio de esta obsesión radica en que Salieri descubre su mediocridad a través de la música tan maravillosa creada por Mozart. La creación más sublime que pudo recaer en la tierra y él lo siente, él es el único que lo comprende, él lo admira, el se apasiona. El resto no. Tanto es así que su ser distingue tan bellas melodías, que llega a la conclusión que Dios interviene, que es así como Dios se manifiesta y que es a través del talento del genio Mozart. Aún así él se propone destruirlo. Es así que inicia una lucha contra Dios, al que se le iguala.

Qué increíble Salieri, era el único que comprendía la música de Mozart, el único que valoraba, él estaba enamorado de aquella música y odiaba por eso profundamente a su creador. Inicia toda una conspiración en contra del joven Mozart al que todo le sale mal por falta de valoración a sus melodías. Sin embargo nada detiene a Salieri y continúa tan maquiavélico plan, hasta que lo consigue y el genio muere muy joven. Sin embargo Salieri al destruir a Mozart con su envidia y actos indebidos, se destruye a si mismo y más adelante se culpa por mucho tiempo la muerte de Mozart. Lo más triste de todo es que su culpa fue infinita que lo torturó mucho tiempo y tristemente terminando sus últimos días en un hospital psiquiátrico hasta alcanzar la muerte.

Finalmente mi critica a esta obra es que el autor original Peter Shaffer aprovechó la enemistad de los dos músicos para sugerir en la obra que Salieri haya envenenado a Mozart ya que este antes de morir dijo muchas veces que alguien lo había envenenado. Pero esta es sólo una hipótesis sensacionalista ya que nunca se realizó una autopsia y nunca se supo la verdad. Son muchas las hipótesis de la muerte de Mozart, sin embargo esta que fue llevada escena fue magistral para llevar a la vida a dos grandes de la música universal, que expresan sus emociones, sentimientos y creaciones fantásticas.

Acabo esta enfatizando que me agradó mucho, me llenó de emoción sobre todo la interpretación que hizo el actor Bruno Odar como Antonio Salieri. Vaya qué actor!! Me impresionó se nota la pasión por el teatro y todo hombre en la tierra debe tener pasión por algo. Como el teatro no hay, nada se le comprara. No es como la tele o el cine donde ya todo está preparado y si es que algo salió mal pues lo puedes editar sin embargo en el teatro no. Es ahí donde puedes ver con tus propios ojos la realidad. Ya me hacía falta ir al teatro.
Ya habían pasado muchos meses desde que asistí por última vez a la obra Chau Misterix siempre salgo con ganas de verme otro espectáculo. Y siempre será así.