domingo, 27 de abril de 2008

Una noche sólo para Cornejo (4)

Occidentee, occidentee!! Gritábamos con Paola. Nunca pensamos estar ahí gritando como revendedoras. Sin embargo inocentemente queríamos cambiarla por una sur porque la mayoría de nosotras la teníamos y queríamos que Pao esté con nosotras.
Aquel momento fue muy gracioso por lo que hacíamos pero no dábamos crédito a lo que estábamos haciendo. Ya mucho después recordamos y nos matábamos de risa. Una chica gritó “yooo te cambio por la suurr”, se la íbamos a dar cuando de pronto un revendedor se nos acercó y preguntó cuanto queríamos por occidente, le dije 15 y dijo nooooo. No se la vendimos. Pero él si vendió una de occidente en nuestra cara y nos ganó.

Luego nos dimos cuenta que todas teníamos sur, en la puerta del Nacional enseñabas el carné universitario y te daban una entrada. Llamamos a Madai y le dijimos que ya teníamos una entrada para ella. Había sido triste dejarla sola en su casa pero al fin todo el grupo estaría en el estadio.

Al final Pao vendió la entrada a cinco soles. Qué gracioso. En realidad ya queríamos entrar pero teníamos que esperar a la loca. Jaky y Paola sabían muy en el fondo que las más interesadas en ver la conferencia éramos nosotras, Salomé y yo, entonces ellas decidieron esperar a Madai y así fue. Quedamos en vernos en la tribuna y fuimos corriendo al estadio porque la hora acercaba.
En la tribuna pensaba con tristeza que no nos encontraríamos, el estadio se llenaba cada vez más rápido y dudaba mucho verlas a pesar de que nos comunicaríamos por cel. Yo estoy re ciega pero mi amiga no, luego lo confirmaría.

Hasta que por fin empezó. El escenario, las luces, el ambiente, todas las tribunas casi llenas, creo que al final se llenó. Todo era muy lindo. Esa noche no me hacía recordar a ningún partido claro a pesar que casi siempre fui de noche, pero si me hacía recordar al concierto de Soda Stereo. Qué gran noche, es increíble todo lo que puedes desfogarte, gritar, cantar hasta el punto de no escuchar tu voz, es muy loco aunque pasa lo mismo en cada gol. Un gol que sensación más hermosa y cómo será hacerlo?

Por fin, luego de los videos mostrados por la empresa que trajo al mexicano, salió Miguel Angel. Su presentación fue grandiosa, en realidad te convence, te motiva, te divierte y claro acompañado de sus característicos chistes.

Sabíamos que la conferencia estaba dirigido principalmente para los docentes pero en el fondo estaba dirigido para todos, sin embargo no dejó pasar la oportunidad de vacilar a los profesores, como cuando les dedicó un chiste sobre el promedio que sacaron en su examen, sí ese examen vergonzoso, y yo como no me sentí aludida me maté de risa, ellos pifiaban pero todo en son de chiste porque todos estaban felices de ver al mexicano.

Estábamos ahí hasta que Salomé las vio, me paré y alcé la mano, no recuerdo que dije y me callaron. Todas juntas otra vez, sería mostro volver a vivir una conferencia de Cornejo, me parece que así nada más no se le ve gratis. Mientras tanto mi próximo encuentro con el Nacional será este miércoles 30 que espero con muchas ansias, para alentar al Alianza Lima.

Ascenso o el descenso? (3)

Ya era la hora de salir corriendo en busca de Madai. La chica loca que se había ido al Cuzco y que ya todas estábamos extrañando. Como dice Salomé, la del poder del convencimiento, la chica que podría ser una buena vendedora o la que muchos confunden por la porquería de emo, como dice ella. Recibimos su llamada un día anterior y nos pidió que la fuéramos a recoger justamente a las 2 de la tarde. Por ahí se me había ocurrido salir antes que acabe la hora de redacción y ya casi lo tenía decidido. Y como siempre para mi seria imposible hacer algo así, esas clases son para no perdérselas por nada. No lo hice.
Estaba lista para salir cuando de pronto el director de mi periódico dijo: ¡“Los de mi periódico se quedan”!.
No puede ser. Estábamos con la hora. Ya me estaba imaginando a Madai con su maletita sin nadie que la recibiera. Finalmente pedí que hablen rápido y al parecer todo el alboroto era por mí. Me querían ascender. De jefa de Deportes pasé a jefa de redacción. Según mi profesor ahí voy a aprender más, aunque a mi no me parece ya que en la calle yo estaba buscando mis noticias y las redactaba. El periodista aprende en la calle. Ahora soy la jefa de redacción, la seudo profesora que va a “corregir” las redacciones de todos. Ojalá lo haga bien.
Llegamos a la agencia que estaba cerca al estadio Nacional. Realmente ese estadio ya parecía mi casa por que nuevamente nos acercamos por ahí a preguntar si había más entradas. No quedaba una según ellos, felizmente ya teníamos las nuestras y la acción solidaria de conseguir una, para uno de nuestros amigos, se fue en una. Por fin al día siguiente veríamos en el estadio nacional a Miguel Angel cornejo. Sin duda ese lugar ya parecía mi casa, toda la semana rondé por allí.
Regresamos al Terminal y nos sentamos a esperar, estuvimos un rato conversando de viajes y más viajes y el del que pensamos hacer todas a mitad de año. Si es que se puede. De pronto fue Salomé quien la vio. Ahí estaba ella con su sonrisa de oreja a oreja y su enorme maletín. Nos emocionamos tanto las tres, como si nos viéramos después de un año. Ella estaba contenta, feliz de regresar a Lima que asegura que extrañaba mucho y todo el camino a su casa nos enseñaba sus fotos, videos y su pan.
Teníamos hambre y la loca de Madai preparó comida japonesa en poco tiempo. Un plato que se llamaba Karee o no sé como diablos se escribe. Estaba rico aunque por ratos sentía un sabor extraño.
Conversamos toda la tarde un sinfín de cosas locas, hasta a llegar a la conclusión de que el sábado se haría una piyamada en esa casa. Qué se podía esperar si teníamos de vuelta a la locura.

miércoles, 23 de abril de 2008

Otra vuelta por el Nacional (2)

Sabía que tenía que regresar al día siguiente al Nacional por las entradas pero no pensé que iría tan pronto y mucho menos para hacer una nota. Se acercaba la hora de redacción periodística y yo como me jefa de deportes me preguntaba a donde podríamos ir.
Luego de lo pasado un día anterior se me vino a la mente el Estadio.Uno de mis redactores, muy interesado en el curso, me preguntó a dónde iríamos esta vez y le dije que iríamos al Nacional. Abrió unos ojazos y aceptó sin dudar, al instante fue a decirle al otro chico. No sabía que tenía carro y gracias a ello no gastamos pasaje. Llegamos y el muchacho estaba preocupado por el carro y lo traumé al decirle que por ahí robaban. Lo hice por fastidiar. Hablé con una señora que era la dueña de la tienda y nos prometió que nos cuidaría el auto sólo por un momento.

Entramos al estadio y sentía nuevamente las mismas emociones de siempre, esas que sentí cuando fui para ver a mi Alianza por la Copa o por torneo nacional, o también cuando fui a ver a Soda con la loca de Madaí.
Y ahí estabamos los tres Sandro , Sinche y yo. Ellos se veían perdidos y miraban a todas partes, veía sus caras y yo esperaba que ellos hablaran a ver si a ellos se les ocurría por donde debíamos empezar. Me di cuenta que ellos esperaban más de mi que yo de ellos, así que tomé el mando de la situación y entramos a la Federación que escogí. La Federación de Box. Desde un primer momento nos habían advertido que era posible que no encontraramos a nadie , debido a la hora de almuerzo. Entonces nos quedamos inmóviles en la puerta de la Federación, increíblemente los tres no dábamos un paso y es que nos intimidamos rápidamente, al menos yo, con la presencia de esos chicos tan concentrados, tan bien físicamente y tan ocupados que no dejaban de golpear la bolsa de box. Al parecer no tenían hambre y no dejaban de entrenar. Pues ya era hora de entrar y mis llamadas de atención a los chicos no hacía que se movieran, me hice la valiente y entré pegada a la pared , que estaba cubierta de espejos. Volteé y nadie me había seguido, me asusté y regresé a pedir que me siguieran. Me aterraba el techo de ser la única mujer que entraba ahí, y al ver sus caras de tontos y sin dar ni un paso, me molesté tanto que por fin uno reaccionó y motivó al otro. En realidad hasta ahora no comprendo por qué se quedaron así , por qué tanta duda para ingresar si ellos eran hombres como los boxeadores. En cambio yo tenía razones para morir de vergüenza. Por fin estábamos los tres adentro, uno de ellos entró casi al final(era el más asustado), luego me enteré que le tenía fobia a las bolsas de box. Qué gracioso, nunca escuché algo parecido. Caminamos hasta el fondo y buscamos quien podía ser el jefe de la unidad y lo encontramos. Era Miguel Masías, jefe de la unidad técnica y aparentemente estaba ocupado. Cuando le dijimos que queríamos hacer una nota, nos miró y sutilmente se excusó que en ese momento no se podía porque estaban en refrigerio. Entonces toqué su ego y le dije: " Entonces no está la persona que sabe"...y al instante dijo : "nooo yo soy el entrenador" en ese momento no le quedó otra, nos dijo que era el jefe y empezó a ayudarnos con la nota, saqué una hoja y se burló. El dijo: "¿Cómo son estudiantes de periodismo y no tienen ni una camara, grabadora o celular para que graben? ". Sentimos vergüenza y lamentamos no haber tenido una cámara en ese momento, lo más triste es que en otras ocasiones no tan importantes la tenemos. La nota fue hecha, pero ese fue sólo el inicio del recorrido en el Nacional. En ese poco tiempo dimos la vuelta todo el estadio en busca de una noticia más, entramos a una federación, luego a otra y otra más pero era inútil, todos estaban en refrigerio. Y nuestro paseo culminó ahí . Y regresamos a la facultad con la noticia en la mano. Misión cumplida.

sábado, 19 de abril de 2008

Chica resentida y una visita al museo (1)

Ya no quería contar lo que pasó esa semana pero algo hay que escribir por acá. Todo empezó el lunes 7, ese día hice planes con las chicas para ir a la casa de un amigo para que nos enseñe edición y así fue. Caminamos tanto para llegar a la bendita casa, cruzando avenidas, tiendas y más tiendas, pasando por una universidad estatal, segunda opción de todos los que no se rinden. Y nada de llegar hasta que por fin. Dejamos las mochilas en la casa y rapidamente salimos a comprar algo porque moríamos de hambre y sed. Ese día empezaba mi semana de no almorzar como corresponde pero al menos la empecé aprendiendo a usar ese programa para editar.

Todo iba bien, teníamos buen profesor, pero esta última palabra trajo consigo una ola de discusiones que al parecer parecía todo en broma. Una de ellas se sintió re mal por que hablaban mal de su profesor. Me dio mucha risa. Sin embargo después vi que la amargura iba en serio y no nos habló todo el camino que habíamos caminado juntas al empezar el día. Ella lo quiere y dice que no.

Al día siguiente ya se escuchaba por todas partes la llegada de Miguel Angel Cornejo a Lima y yo no me lo quise perder y al parecer mis amigos tampoco. Es así que ése martes fuimos a recoger las entradas al Estadio Nacional donde seria la exposición.
Había gente preguntando al igual que nosotras. Nos dicen que se repartirán mañana. Jaky, Paola y yo nos míramos e hicimos muecas. Teníamos que hacer algo ahí y se me ocurrió entrar, dejamos nuestro documento y Paolita avergonzada con su DNI de menores, aunque ayer me sorprendió con su nuevo DNI y gritando a los cuatro vientos que ya es mayor de edad. Qué risa.

Entré al museo. Un señor de lentes que estaba sentado, al vernos nos trató súper y nos dio toda la confianza para seguir, era muy amable y veces nos miraba de reojo. Cada paso que daba, me emocionaba más y más y veía que a mis amigas no se les movía ni un pelo, parecían aburridas.
Me resulta extraño y no comprendo tamaño desinterés por los objetos valiosos que estabamos mirando a través de las vitrinas. Cuadros de las selecciones de futbol de los mejores tiempos, los de voley y otras disciplinas. Estaba la que todos quisiéramos tener, la casaca de chumpitaz, de Sotil, las zapatillas de una depostista que no recuerdo el nombre. Más y más fotos. Quería preguntar y miraba al señor pero no lo hice por las chicas, que ya parecían querer salir. Felizmente algo las distrajo, era una entrada más. Miré nuevamente al señor, me asintió con las cabeza y pasamos.
Entonces ahi me quise quedar, ni bien entré vi la bandera oficial de Alianza. Era la del centenario y no estaba en vitrina. Corrí y cuando la quise tocar leí : NO TOCAR , igual lo toqué. Todas las paredes estaban adornadas de los equipos de nuestro fútbol pero el principal para mi, era el de mi gran amor. Alianza Lima. Luego empecé por un extremo y caminaba mirando las vitrinas mientras escuchaba un -Cynthia apúrate - de repente me topé con alguien y me asusté, pues no me había dado cuenta que habia otra pequeña entrada, parecía un pequeño laberinto. Era la jefa de la comunicaciones, eso parecía, nos trató muy bien pero tanto que exageraba, parecía que por ahi, casi nadie entraba. Ella nos dio su tarjeta y nos dijo que la llamáramos para cualquier cosa, que si queríamos nos prepararía algo para ver en una proyeccion. Me parecio genial lo que dijo y algun día iremos a ver algo. Salimos del estadio, otra vez con hambre y sed, ya era muy tarde, comimos una raspadilla y conversamos las tres sin dejar de reir..