La pérdida del campeonato me dolió en el alma pero nada se ha comparado a lo que siento por Leandro, su entrega en cada pelota demuestra más que su grandeza y es mucho más importante que un campeonato el factor humano. La historia de esta final empezó así para mi. Mientras se jugaba el primer partido en Matute estaba dentro de mi la ilusión de ser campeones, de ganarle a la u , de golearlo pero no se daba. Cuando llegó el gol fue como una puñalada y no sólo para mi sino para todos los aliancistas que estábamos alentando. Los minutos pasaban tanto como los vendedores de canchas , gaseosas y helados. Mi corazón se aceleraba en cada ataque aliancista, en cada aproximación al arco pero tampoco podiamos definir.
El segundo tiempo aunque despertamos no fue suficiente para empatar mucho menos para ganar. Sin embargo las ocasiones de gol era muy frecuentes e inevitablemente el arquero rival se lució.
No podía más, miraba alrededor las caras de conmoción , desesperación y angustia. Eran rostros clamando a gritos un gol. Clamábamos victoria, teníamos que ganar y definir en el Monumental pero no fue así. Regresé a mi casa decepcionada sin creer todavía que habíamos perdido, sin embargo una ráfaga de esperanza aún me quedaba y era la de ganar en Ate.
El domingo mis hermanos salieron muy temprano con la ilusión de más de medio país de que Alianza gane y entonces ir por un tercer partido. Yo estaba en casa y sentía mucho más nervios. El gol llegó temprano y eso bloqueó al equipo que tan sólo se desorientó en un inicio pero que finalmente no paró de intentar y de luchar. Dejé a mi hermana en la sala y preferí versegundo tiempo sola , presentía un desenlace triste y contenía mis lagrimas. Odio que me vean llorar y por ello preferí estar sola.
A medida que los minutos pasaban mi desesperación era más, no podía calmarme, ni con agua ni con nada. Mis lágrimas empezaron a caer viendo la inminente derrota. Sin embargo lo peor llegaría a diez minutos del final. Leandro Fleitas tan guerrero como todo argentino salió a luchar el balón en todo lo alto como siempre lo hace e impactó con su compatriota cabeza con cabeza llevando el aliancista la peor parte. El impacto que vi ante mis ojos me pasmó, me petrificó, fue demasiado claro ver a Fleitas caer al césped inconsciente. Mi hermana que sabe mucho de medicina entró a mi cuarto con lágrimas en los ojos al tiempo en que yo hacía lo mismo. Ella me dijo: "viste? puede morir.... es grave". Me mató, me sentí fatal. Quise pensar que todo estaría bien y que ella exageraba. Estábamos con diez y aunque el fútbol no tiene lógica ya no tenía esperanza de ganar y mi cabeza sólo pensaba en Leandro como hasta ahora.
Mi hermana me explicaba como era su lesión, y mientras veíamos por la tele cual era su diagnóstico hasta el momento, traumatismo encéfalo craneano. Sólo quería escuchar que él ya se encontraría mejor. Ya en la noche tardé en conciliar el sueño, sólo pensaba en él , en el terrible choque, en su familia en Argentina, en su vida. Y hasta ahora mi mente, mi corazón está con él, deseando que te recuperes Leandro. Escuchamos las noticias y supimos que estás consciente y que lo estuviste todo el tiempo y eso nos llena de alegría, eso demuestra lo fuerte que es, tanto como se sorprendió el doctor. Sé que estás mejor y así seguirás mejorando. Dios está contigo, tú te vas a recuperar.
