domingo, 9 de mayo de 2010

Nos robaron la ilusión

Había esperado tanto el concierto de Rata blanca o como cuando me pasa con todos los conciertos donde solo pienso en eso. Esta vez sería diferente no había entusiasmo de por medio, no había razón para ser feliz, no había razón para sonreír ni nada que se le parezca. La desgracia había llegado una vez más a mi vida y no exagero , pues nos robaron la ilusión a más de la mitad del Perú.
El jueves 6 de mayo todos teníamos la ilusión de que Alianza Lima daría vuelta el partido y que saldríamos victoriosos de Chile. Mi corazón me lo decía. Ese partido tenía que ser distinto al de Lima pues esta vez se jugaría más porque esta vez el partido sería abierto y habría espacios y era ahí donde Alianza tenía que salir a buscarlo. Aquel día no podía darme el lujo de faltar por la desdicha de mis dos exámenes que me esperaban el cual di uno con éxito pero después me tocaba un curso mostro pero con un profe desastroso que no aguanté más y me salí a escuchar el partido en la biblioteca. Era difícil concentrarme en una clase con un profe como él y con mi amor saliendo al a cancha.

Me decidí ir a sufrir en la biblioteca donde me encontré con el innombrable compañero hincha del peor equipo del Perú que mejor no lo nombro. Este se dedicó solo a fastidiarme pero decidí ignorarlo. La transmisión del partido en radio era buena y emocionante como siempre. Mi alianza atacaba mucho pero no llegaba el gol y mi corazón sufría hasta que se dio. Gool! grité y no me importó lo que piensen alrededor, pero por ahí un chico me acompañó a lo lejos-pues nunca hablamos-y los dos gritamos como locos. Aquel chico me llama mi atención desde hace unos días y con esto me mató pues no pensé que sería de Alianza. Me dio unas ganas locas de abrazarlo y festejar pero me conformé con abrazar a mi amiga tan fuerte y ella no entendía nada.

Lo que vino fue malísimo, pues por mas ruegos que le hice al profe no quiso suspender un examen que estaría fácil pero que igual me perjudicaría si lo daba porque mi mente y mi corazón estaba en otra.

Tuve que concentrarme en una lectura que para mi fortuna me era muy familiar porque ya lo había leído ates. Era del grande Ribeyro. Sin embargo de todos modos me demandó tiempo y tuve que olvidarme del partido y ya cuando estaba acabando me aventuré a oír el partido otra vez y cuando escuché el gol de Alianza salí volando y mi celular también. Ese gol nos estaba dando al clasificación y no pude evitar llorar mientras bajaba las escaleras.

Sin duda era histórico estar en cuartos, mi corazón desbordaba y me fui al baño a llorar de emoción. El partido finalizaría en tres minutos y el relator mencionó a Sandro Baylón y me emocioné más al recordarlo. Pero todo cambió de pronto cuando se produjo el gol¨ de la u de Chile. El mundo se me vino abajo pero luego se transformó en ira cuando el relator decía que no fue un gol legítimo y que para colmo luego de ser invalidado lo volvió validar, hecho que nunca antes se vio. Ese fue el robo más asqueroso que se haya visto.

Maldita sea por qué nos toca sufrir así? y vaya que es cierto cuando dicen que no es aliancista aquel que no haya llorado, aquel que no haya sufrido así como dice nuestra canción, pero esto es una maldad tan grande que tiene un solo nombre y es robo.

Lo que nos hizo el árbitro Vera es lo más despreciable que existe, acabó con nuestras ilusiones, nosotros merecíamos estar en cuartos-ya lo estábamos- y nos hace tamaña canallada que tiene que pagarlo. Las lágrimas del niño, del joven, del abuelo, las va a pagar el maldito.

Han pasado prácticamente tres días y aún mientras escribo no puedo contener las lágrimas, ni tampoco la impotencia de no poder hacer nada por tamaña injusticia.

Mientras tanto el hincha sufre pero alienta como siempre porque esta hinchada nunca te abandona porque sabe que un día no muy lejano llegaremos hasta Japón.

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