domingo, 14 de febrero de 2010

Un poco más de Jazz

Era la primera vez que iba a un concierto de Jazz y la curisosisdad me embargó por completo. Cuando llegué al teatro peruano japonés -donde sería el concierto- ya había mucha gente y con suerte encontramos dos asientos. Cuando por fin nos ubicamos M y yo empezó todo, se apagaron las luces y tan solo vislumbró la luz abajo. El ambiente me encantaba, había mucha gente, tanto abajo como arriba.

El grupo musical era japonés "Ritsuco Endo with Funky Ritsuco Version", que tocarían para nosotros o mejor dicho para los que saben de Jazz y para los que no saben -como yo-pero que al fin de cuentas eramos todos amantes de la música y por algo estabamos ahí, sea el género que sea. Todo empezó con una presentación, mitad español mitad japonés sucedido por un vigoroso aplauso. Realmente me soprendía el juego de las luces en el escenario que era como si el piso tuviera vida propia y dibujara a su antojo múltiples figuras en movimeinto al compás de la música.

Esta banda, compuesta por piano, batería, conga, saxofón, bajo eléctrico y canto, toca desde el jazz estándar, jazz latino contemporáneo, números populares de los años 70, rock, música clásica hasta piezas originales de Ritsuco Endo, fusionando diferentes géneros musicales. Llegaron con 6 músicos y un sonidista. Ritsuco Endo (piano, composición y arreglo), Yoshinori Nomi (conga), Noriko Kishi (canto), Masahiro Fujioka (saxofón), Kimihiro Yoshio (batería), Ryoji Orihara (bajo eléctrico), Teruo Murakami (sonido).

Era imparable la genialidad de estos maestros, no había descanso, era asombroso. Los aplausos iban y venían y yo no dejaba de comer uno y que otro chocolate.Estaba emocionada de sentir algo nuevo para mi, el Jazz. De pronto algo mágico sucedió. En medio de la oscuridad-donde solo muy abajo resplandecía la luz del grupo que tocaba-vi subir por las gradas a un chico que rápidamente -no sé cómo- se ubicó al otro extremo de donde yo estaba. No era un chico con apariencia común, este era calco y copia del coreano Kim Jaejoong. Mi corazón dio un vuelco y ya no me concentré más. Quería verle el rostro con más detención pero no pude. Lo increíble era que su corte de pelo era el mismo, su ropa, su contestura, tamaño. Todo.

Cuando el concierto pareció acabar él se paró de inmediato-y otros más -así como yo, y fugué detrás de él. Y así sucedió. Estabamos escaleras abajo y la música volvió a sonar. Él regresó y se acomodó en su sitio y yo en una muestra de coraje le pedí que me diera permiso para sentarme junto a él. Si, me senté a su lado pero tan solo una vez me atreví a girar mi cabeza y mirarlo. Era lindo, y si, era parecido a él -pero creo que tenía la nariz muy perfecta para mi gusto-.Lo soprendente es que el grupo japonés cantó un vals peruano y este chico se mataba de risa con la pronunciación de la cantante, evidentemente sufría con su español. Cobardemente no le pregunté ni la hora-la clásica, pero ni eso-y ahora me arrepiento como loca.

Al menos me hubiera conformado teniendo un amigo calco y copia de mi amore, pero nada. De pronto se paró y me pidió permiso para salir y es así como dejé ir a tan lindo hombre. Las luces ya estaban encendidas y todos estaban como locos bailando y cantando en el mismo escenario. El doble de Jejung se detuvo en la baranda y y aplaudía. Lo miré a lo lejos y luego me distraje con muchos jóvenes apetecibles de ojos razgados a escoger, por aquí y por allá. Volví la mirada y él ...ya no estaba.

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